domingo, 30 de octubre de 2011

El caso del marine indignado herido reactiva las protestas en todo EEUU

El caso del marine indignado herido reactiva las protestas en todo EEUU

La agresión sufrida por Scott Olsen a manos de la Policía de Oakland da un nuevo aliento a Occupy Wall Street

ISABEL PIQUERCorresponsal en Nueva York29/10/2011 08:00 Actualizado: 29/10/2011 13:22

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Los enfrentamientos de Oakland de principios de esta semana, en los que uno de los manifestantes, Scott Olsen, un veterano de la guerra de Irak, resultó gravemente herido en la cabeza, han dado un nuevo aliento a los indignados de Occupy Wall Street.
Olsen evoluciona favorablemente en el centro hospitalario donde lleva varios días internado y ayer estaba lúcido y consciente, informaron sus familiares y amigos. El exmarine, de 24 años, fue alcanzado el pasado martes por la noche por lo que se cree fue una de las granadas lacrimógenas que la Policía usó para dispersar a los manifestantes.
El joven veterano de la guerra de Irak sale del coma pero sigue sin poder hablar
"Puede entender lo que pasa. Puede escribir y oír pero todavía tiene dificultades al hablar" por culpa de la conmoción cerebral, dijo un portavoz del Hospital General High-land. La tía de Olsen, Kathy Pacconi, dijo en un email a la agencia Reuters que su sobrino herido se daba "cuenta de la presencia de sus padres" y esperaba la visita de su hermana "Melissa, porque se llevan muy bien y le podría ayudar a mejorarse".
El exsoldado, que ha recibido siete medallas en los cuatro años en los que sirvió en los Marines, pertenece al grupo de veteranos contra la guerra Iraq War Veterans for Peace.
Olsen es la primera víctima de las protestas que empezaron el pasado 17 de septiembre y, hasta los eventos de Oakland, habían transcurrido en una relativa tranquilidad.
La Policía se incauta de los generadores de los acampados en el parque Zuccotti
Olsen se ha convertido en portavoz involuntario del movimiento y ha puesto contra las cuerdas a los ayuntamientos de las ciudades donde se desarrollan manifestaciones. Entre el malestar y la impotencia, las autoridades locales no saben muy bien como lidiar con los indignados, cuyo mensaje es mayoritariamente popular entre los estadounidenses agobiados por la crisis.
Los enfrentamientos de Oakland han generado una intensa solidaridad dentro del movimiento. Lo ocurrido con Olsen "nos está animando a coordinarnos mucho mejor", explica Ed Needham, uno de los portavoces de Occupy Wall Street. Primer ejemplo de esta solidaridad: los 20.000 dólares (fruto del aluvión de contribuciones individuales) y el centenar de tiendas de campaña que se mandaron desde Zuccotti Park, en Manhattan, a Oakland. "Vamos a mandar a unos representantes a Oakland para apoyarles", añade Needham, que no puede confirmar si estos irán a visitar a Olsen. "Bastante han invadido su intimidad, lo que queremos sobre todo es expresar nuestro apoyo al movimiento tras la represión", subraya.
Lo cierto es que las ciudades donde Occupy Wall Street ha tomado arraigo se están impacientando. Sólo hay que ver lo que pasó ayer en Nueva York. A las siete de la mañana, cuando los indignados del parque Zuccotti apenas empezaban a despertarse, unos treinta agentes de policía y bomberos irrumpieron en la plaza pidiendo que se les entregaran los generadores que hasta ahora habían aportado electricidad a los ordenadores y teléfonos con los que los okupas han difundido su mensaje por todo el mundo.
"Nos dijeron que los generadores violaban la normativa de seguridad", cuenta Bill Dobbs, "pero es un montaje, porque hacemos todo lo posible por respetar las normas, tenemos incluso extintores por si acaso. La noche anterior tuvimos una inspección y nos dijeron que todo estaba bien y no había ningún problema, pero está claro que vieron algo, se callaron y lo usaron de excusa para quitarnos los generadores. Ahora estamos funcionando con baterías; no sé como lo vamos a hacer".
El alcalde Michael Bloomberg, que hace unas semanas intentó desalojar a los okupas alentado por los propietarios de la plaza, Brookfield Financial Properties, aseguró ayer que no se volvería a permitir la presencia de generadores: "Nuestras dos prioridades son el derecho de expresión y la seguridad; en este caso, primó lo segundo". La decisión de la alcaldía podría ser la señal de un endurecimiento contra los manifestantes.
La Policía también se llevó unos cuantos hornillos que los indignados usaban para calentarse, justo cuando en Nueva York han caído drásticamente las temperaturas y hoy se anunciaba, hecho excepcional para octubre, unos primeros copos de nieve. "Pero estamos preparados, tenemos mantas y jerséis y, cuando necesitamos algo, lo ponemos en la web y la gente nos lo manda enseguida", dice Dobbs.

De costa a costa

En Providence (Rhode Island) los manifestantes también han recibido avisos de la alcaldía. En San Francisco, la Policía amenazó con desalojar al movimiento de la plaza Justin Herman que han ocupado. En Atlanta, el alcalde Kasim Reed ordenó la detención de 50 personas el pasado miércoles. Incluso en Los Angeles, el alcalde Antonio Villaraigosa, que ha respaldado públicamente las reivindicaciones de Occupy L.A., les advertía estos días de que no podrían quedarse indefinidamente protestando delante del Ayuntamiento.
Ayer, Occupy Wall Street llevó sus protestas ante la sede de los grandes bancos, cerca de Times Square. La convocatoria, que sólo reunió a unas doscientas personas bajo la atenta mirada de la Policía, tenía como objetivo distribuir seis mil cartas de víctimas de ejecuciones hipotecarias: "Cartas del 99% al 1%". Los manifestantes desfilaron delante de Chase, Wells Fargo, Morgan Stanley y Citigroup, entidades que han tenido mucho papel en la crisis financiera e inmobiliaria y a las que los indignados responsabilizan de las grandes desigualdades económicas en EEUU.

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