domingo, 30 de octubre de 2011

Juan Gil reivindica "el latín del siglo XXI" en su discurso de ingreso en la RAE

Juan Gil reivindica "el latín del siglo XXI" en su discurso de ingreso en la RAE

El latinista y medievalista Juan Gil Fernández ha reivindicado "el latín del siglo XXI" en su discurso de ingreso en la Real Academia Española. Ocupa desde este domingo el sillón 'e', vacante desde el fallecimiento de Miguel Delibes el 12 de marzo de 2010. El académico Francisco Rodríguez Adrados ha respondido a esta intervención.
En palabras del catedrático, con este nombramiento se rinde homenaje a la filología latina, "una disciplina milenaria que cuenta hoy en España con cultivadores eminentes y que ha estado ausente de esta casa durante muchos años".
Juan Gil, (Madrid, 1939) ha afirmado que "lo que se habla hoy en la mayor parte de la vieja piel de toro en que vivimos es, en sus diversas variantes, latín: el latín del siglo XXI". Por ello, argumenta que "está más que justificada la presencia de un latinista en la Academia".
Por otro lado, Gil Fernández ha querido dedicar unas "breves palabras" a la figura de su predecesor, Miguel Delibes, "uno de los mejores novelistas del siglo XX que sorprende tanto por su magnitud como por la variedad de temas tratados". "Buena prueba de que nuestro académico fue, además de un literato eximio, un trabajador acucioso e incansable", añade.
De su persona destaca "su espíritu inquieto" y su costumbre de "tomar notas" constantemente, "reflejando con curiosidad un espíritu tan crítico como exento de prejuicios las novedades que se ofrecían ante su vista". Además, ha mostrado su admiración hacia "un hombre de bien que luchó en la Guerra Civil, siendo apenas un adolescente, en el bando de los vencedores", y que "muy pronto tendió la mano a los vencidos".
DON JUAN, IMPERECEDERO
El latinista ha centrado el tema de su discurso en el mito de Don Juan, para lo que el nuevo académico ha hecho referencia a elementos de la literatura grecolatina con "parangón" a la figura de Tirso de Molina, para tratar de "aprehender" así la singularidad de su famoso "tocayo".
"Una figura con la que, por desgracia o por fortuna, solo comparto el nombre y el lugar de residencia, si es que un hombre tan arrebatado y fugaz como el burlador tuvo asiento en alguna parte", ha señalado el catedrático.
Como conclusión, Gil Fernández destaca que "Tirso, a ciencia y conciencia, quiso mostrar a un don Juan en estado puro, a un seductor
en continua ebullición y --lo que es más--, a un violador de
todas las leyes humanas y divinas. Y con ello ganó el teatro
a un personaje imperecedero", ha manifestado.
En su agradecimiento final, el académico ha señalado que, para "pagar la deuda contraída" con quienes lo apoyaron, "harían falta las cien, las mil, las diez mil lenguas que, acumulando hipérboles, pedían a las Musas los poetas épicos cuando querían cantar las proezas de sus héroes".
"Por lo que a mí toca, haré lo posible por no defraudar la confianza que habéis depositado en mi pobre ciencia, cada vez más asaltada por las dudas y cada vez más llena de lagunas oceánicas, perplejidades y carencias que espero poder despejar y colmar a vuestro lado", ha concluido Gil Fernández.

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