Indignación global
¡Levántate!, corean cientos de miles que ayer tomaron las
principales urbes del país
Los de arriba deben entender que no somos mercancía, el grito
en España
El neoliberalismo, culpable de la crisis
Líderes políticos, los grandes
enemigos del pueblo
Cientos de miles de indignados se manifestaron ayer
frente a la Puerta del Sol, en Madrid, contra el neoliberalismo y en demanda de
un cambio en el sistema económicoFoto Reuters
Armando G. Tejeda
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 16 de octubre de 2011, p. 3
Domingo 16 de octubre de 2011, p. 3
Madrid, 15 de octubre. Más de un millón de
indignados salieron a las calles de España para gritar un reclamo de
cambioy de
esperanza, a elevar la voz para que
los de arribaentiendan que
no somos mercancíay que
estamos hasta los cojones, según una de las pancartas que encabezaba la manifestación de Madrid.
El epicentro de la primera marcha global contra el neoliberalismo fue España,
pero sobre todo dos ciudades: Madrid y Barcelona, que sumaron en conjunto casi
900 mil personas que inundaron las calles con lemas contundentes contra la clase
política, los empresarios, los banqueros, la jerarquía eclesiástica y los medios
de comunicación controlados por el pensamiento dominante.
Es un éxito, pero esto sólo es el principio. Es hora de que en el mundo todos los de abajo nos unamos para que nos escuchen, señaló uno de los indignados.
Somos 99 por ciento de la población. Levántate, fue uno de los lemas más reproducidos en la primera gran marcha global contra el sistema neoliberal y los estragos de las crisis financiera que empezó hace tres años. Sólo en España hubo manifestaciones y plantones en 80 ciudades, que se ciñeron al método de trabajo y el espíritu de este movimiento social: organización en asambleas, votaciones horizontales para la toma de decisiones y el carácter combativo y pacífico de las protestas.
La revolución de los indignados o el también conocido como
Movimiento del 15M nació en mayo pasado, a raíz de la protesta de unas 10 mil
personas que exigían un futuro para los más jóvenes, asfixiados por la
elevadísima tasa de desempleo, que en España supera el 43 por ciento. En un
momento de la manifestación, un grupo de jóvenes cortó la céntrica Gran Vía, lo
que desató una violenta actuación policiaca que culminó con la detención de 16
personas. Esa misma noche, al calor de la protesta, decidieron iniciar un
plantón en la Puerta del Sol. A la segunda noche, y de madrugada, de nuevo la
policía actuó con contundencia para expulsarlos de la plaza, lo que fue el
detonante para que el movimiento se esparciera, al generarse de forma espontánea
unas movilizaciones que durante casi dos semanas paralizaron el centro de
Madrid.
La revolución de los indignados se expandió de inmediato a otros
países europeos, como Portugal, Grecia e Irlanda –que también sufren con
especial virulencia la crisis–, y posteriormente al resto del mundo,
convirtiéndose en el germen de un nuevo movimiento global contra el sistema
capitalista neoliberal.
Hoy, casi cinco meses después de que decidieron levantar los campamentos y
gracias al trabajo de asambleas en los barrios de todo el país, los
indignados españoles han salido en masa a las calle, y con el ánimo aún
más reivindicativo y depurando su mensaje, al insistir en señalar al modelo
neoliberal como el gran responsable de la crisis y a los dirigentes políticos
como los
grandes enemigos del pueblo. Además de reclamar una democracia más transparente, un giro radical en el modelo económico y empresarial, así como de otras leyes con carácter de urgencia para detener los miles de desahucios que está generando la crisis, la cual también está dejando sin hogar a decenas de miles de familias.
Hubo marchas en 80 ciudades españolas, en las que se esparció de nuevo la
revolución de los indignados, ese movimiento que surgió en mayo pasado
ante una serie de protestas de jóvenes y personas desesperadas ante los estragos
en sus vidas de la crisis económica y financiera.
En la manifestación y en la asamblea posterior había dos palabras que se
repetían sin cesar:
cambioy
esperanza. De hecho, uno de los representantes de la asamblea lo expuso así:
es hora de que nos unamos los de abajo. Es hora de que nos escuchen. ¡Tomemos las calles del mundo! Pero hay que decirles que nosotros no somos ni de la izquierda ni de la derecha. Somos los de abajo y vamos por los de arriba.
En la asamblea de la Puerta del Sol también hablaron un ciudadano marroquí,
un sirio, un policía español que fue multado por participar en la protesta, un
ciudadano francés que participó en las protestas de Wall Street y una anciana
que recordó que esta movilización afecta por igual a jóvenes, niños, adultos,
personas con empleo o sin él, pues
todos estamos siendo explotados y controlados por un sistema criminal, despiadado y voraz.
Después de unas horas de debate vinieron los reclamos para
entrar en acción, ocupar de forma pacífica el Parlamento o la televisión autonómica pública, Telemadrid, por su política de manipulación informativa.
En Barcelona la multitudinaria protesta transcurrió en el centro de la
ciudad, con más de 350 mil personas –según los convocantes– que decidieron
continuar una serie de acciones contra los severos recortes en los servicios
sociales básicos. De hecho, varios centenares de indignados decidieron
tomar de forma pacífica las casas de familias desahuciadas para evitar
que se haga efectiva la inminente orden de expulsión, así como hospitales y
centros de salud. Además llevaron a cabo una multitudinaria asamblea en la Plaza
de Cataluña en la que debatieron las propuestas para continuar fortaleciendo el
movimiento e impulsando su internacionalización, pero sobro todo alimentando las
redes de asambleas.
Durante el debate, un indignado expuso: “estamos sumergidos en una
crisis global. ¿Se han dado cuenta? ¿Qué tienen en común la primavera
árabe, el levantamiento español y el movimiento Ocupa Wall Street? Mientras
los conflictos están desbordando al mundo, también están afectando profundamente
nuestra vida cotidiana, y el futuro se vuelve incierto por momentos”. Y otro
añadió:
no podemos seguir con el autoengaño de una falsa sensación de seguridad manteniendo alzadas entre nosotros las barreras de la indiferencia. Ya estamos preparados para reconocer lo que es necesario cambiar y responder a las necesidades que el momento histórico nos demanda. Como dijo Joseph Stiglitz: la crisis económica nos presenta una oportunidad única para afrontar el cambio.
También hubo manifestaciones importantes en Sevilla, Málaga, Cáceres,
Valencia, Gijón, Bilbao, La Coruña, San Sebastián, Toledo, Tenerife, Palma de
Mallorca, Ibiza, Cartagena, Murcia, Logroño, y así hasta 80 pueblos y
ciudades.
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