El Museo Sorolla expone la pasión del pintor por Granada
04-oct-2011

- Patio de la Casa, de Joaquín Sorolla - Museo Carmen Thyssen
Una exposición temporal en el Museo Sorolla de Madrid relata la estrecha relación que Joaquín Sorolla mantuvo con la ciudad andaluza.
Desde este pasado 3 de octubre y hasta el 22 de febrero de 2012, el Museo Sorolla, en Madrid, es sede de una valiosa exposición que trata de indagar en la relación que el pintor valenciano mantuvo con la ciudad de Granada. Con esta muestra, los responsables de la exposición trazan un recorrido a través de la imagen de Granada en Sorolla, y la impronta que la ciudad nazarí marcó en el pintor. No sólo en su obra propiamente pictórica, sino en todo las pasiones que fueron marcando su trayectoria biográfica.
Granada en Sorolla
Las relaciones entre pintor y ciudad comenzaron una Semana Santa de 1902. Apenas una estancia de dos días que, sin embargo, dejaría una profunda huella en el sentir estético del valenciano. Desde esta primera y fugaz visita, otras tres estancias en la ciudad de la Alhambra. Sus paisajes, el conjunto urbano, sus monumentos... la ciudad entera había encandilado a Sorolla, convirtiéndose en profundo motivo de inspiración.
Esta relación culmina con la actual exposición del Museo Sorolla. Trasunto de la exposición celebrada en Granada en el año 1997, fielmente relatada y descrita por Bernardo Palomo para un artículo del diario ABC del 13 de junio de 1997. Ya entonces, el comisario de la muestra granadina, Eduardo Quesada, había ofrecido un profundo estudio en torno a la estrecha relación Granada – Sorolla.
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El Museo Sorolla de Madrid retoma la muestra que profundiza en la interacción entre Sorolla y los recursos temáticos que ofrecía la ciudad granadina. De hecho, los propios organizadores han destacado la importancia de la ciudad andaluza en la producción de Sorolla, sobre todo en la elaboración del paisaje puro, sin figuras. Sin duda, Granada y su entorno ofrecía el marco más adecuado. Pero también la inspiración que la ciudad nazarí ejerce en sus jardines de su casa madrileña o en sus pasiones coleccionistas.
Pintura, jardines y cerámica
La exposición gira en torno a 24 lienzos con la misma temática: Granada. Desde sus monumentos, sus cármenes o la propia Alhambra, representados en los lienzos del artista con su especial pincelada que capta con genial maestría los colores y la luz de la ciudad.
La muestra indaga con detenimiento en la impronta de Granada en Sorolla. Los dibujos que el propio artista realizó en la ciudad y que sirvieron como apuntes que inspiraron el diseño de su segundo jardín de su residencia madrileña (el actual Museo Sorolla), o las cartas donde Sorolla relataba sus experiencias granadinas. La muestra, incluso, se completa con la colección de cerámica de Fajalauza (Granada) perteneciente a los fondos del Museo.
Joaquín Sorolla y Bastida
Sería fácil describir al pintor valenciano como el “pintor de la luz”. Pero tampoco podemos obviar este aspecto, y es que si hubo un artista que captó la esencia de la luz mediterránea de una manera magistral, casi como nadie ha conseguido nunca, éste ha sido Joaquín Sorolla. Nacido en Valencia en 1863, la ciudad del Turia, sus playas, su cielo o su luz, siempre serían su principal inspiración.
Los especialistas en el pintor suelen atenerse a unas divisiones de la producción de Sorolla en las consabidas etapas de formación, consolidación y culminación. Son dos los momentos fundamentales en la obra de Sorolla. Unos primeros años de formación en los que el artista se amolda a los dictados academicistas, con una obra más próxima al realismo social imperante en la España de finales del XIX. Y una segunda etapa, la definitiva, del pintor libre y autónomo que encuentra su propio camino que le proporcionará la genialidad.
Visiones de España
Tras un periodo formativo, Sorolla encuentra el éxito entre su público contemporáneo (algo realmente extraño entre los artistas del momento). Tras su etapa formativa, empiezan a llegar los galardones y los encargos, especialmente de retratos. Los grandes personajes del caótico final de siglo XIX español pasan por sus pinceles. Un pintor de éxito y de fortuna. Pronto se instaló en Madrid, sin olvidar nunca su ciudad, Valencia. Y los constantes viajes por toda España, pintando cada uno de sus rincones.
En 1911, culmen de su carrera, recibe el mayor encargo de su vida. La Hispanic Society of America de Nueva York le encarga la decoración de la biblioteca de la institución en la ciudad estadounidense. Desde 1912 hasta 1919 Sorolla trabaja sin cesar, realizando catorce paneles que reflejan la vida de la España del momento, de sus diferentes regiones. Una magna obra que llegó a completar poco antes de fallecer en la localidad madrileña de Cercedilla, en 1920.
Más de dos millones de personas pudieron visitar la exposición “Visiones de España” organizada por la Fundación Bancaja. Quizás, este fue el merecido reconocimiento de un artista muchas veces denostado por la crítica moderna del siglo XX. En la actualidad, Sorolla ha recuperado su merecido papel como uno de los grandes creadores españoles de todos los tiempos.
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